LIBROS
"Murales. Una historia sobre Santiago Maldonado", la novela gráfica de Daniel Feierstein y Juan Soto. El tiempo pasa pero, como miles o millones, un joven sigue preguntándose qué pasó con Santiago Maldonado.
“Murales” es una novela gráfica
conmovedora, incluso, necesaria: a través de una trama que se despliega en el
límite de la realidad y la fábula, Daniel Feierstein -que incursiona por
primera vez en el terreno de la ficción- y el ilustrador Juan Soto
construyen un relato sobre la desaparición forzada de Santiago Maldonado
que nos enfrenta con las formas cotidianas, y muchas veces invisibles, de la
violencia institucional.
El punto de
partida es conocido: un joven que desaparece en plena democracia, tras una
represión de Gendarmería en el sur argentino. Pero a diferencia de una crónica
o un ensayo, Murales escoge el lenguaje de la novela gráfica para contar lo que
otros callan y señalar, con crudeza y belleza a la vez, lo que nos sucede como
sociedad cuando decidimos no ver.
La historia,
protagonizada por un adolescente que comienza a descubrir lo que muchos
prefieren ignorar se convierte también en una parábola inquietante sobre los
mecanismos del silencio. Aquí, el olvido no es solo una falla de la memoria,
sino una elección política y la memoria, entonces, se vuelve conjuro,
resistencia y revolución.
Feierstein introduce un elemento de
ficción inquietante: quienes callan, quienes miran hacia otro lado, quienes
prefieren la comodidad del discurso oficial, comienzan a transformarse
lentamente... en gatos. Criaturas ágiles, silenciosas, esquivas. Una imagen que
condensa, con ironía y precisión, la idea de la complicidad pasiva frente a la
injusticia.
Las
ilustraciones de Juan Soto -potentes, expresivas, cargadas de texturas y
simbolismo- no acompañan simplemente el texto: lo expanden y lo complejizan.
“Murales” no ofrece respuestas simples:
en cambio, lanza preguntas imprescindibles, y en un momento en que en la
Argentina, el negacionismo y la impunidad intentan ganar terreno.
¿Qué recordamos? ¿Qué preferimos olvidar? ¿Qué
precio pagamos como sociedad por callar? Y, sobre todo, ¿de qué lado estamos
cuando elegimos mirar?
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