MÚSICA
La murga uruguaya Agarrate Catalina, referente absoluto del género y uno de los proyectos culturales más queridos del Río de la Plata, vuelve a Buenos Aires con su formato Cantarola, una propuesta íntima, musical y profundamente humana.
Tras su
reciente paso por el Movistar Arena junto a Rubén Rada y luego de años
recorriendo los mejores escenarios de Argentina, la murga uruguaya vuelve a la
intimidad de La Trastienda, en el barrio porteño de San Telmo, los días 19, 20 y 21 de diciembre
para despedir el año.
El regreso
tiene un gran valor simbólico: La Trastienda fue uno de los primeros escenarios
argentinos que los recibió, cuando la murga recién comenzaba a conquistar al
público porteño con su inconfundible mezcla de poesía, humor y crítica social.
Desde
entonces, Agarrate Catalina ha realizado más de 50 presentaciones en ese mítico
espacio a lo largo de sus 24 años de historia , convirtiéndolo en uno de los
lugares más entrañables de su recorrido artístico en Buenos Aires.
El reencuentro
en La Trastienda, en Balcarce 460, con entradas por Passline, desde las 20.30, promete ser una fiesta emocional, un repaso por canciones que
ya son parte del imaginario rioplatense y una oportunidad para ver a La
Catalina en su estado más puro: cantando, compartiendo y haciendo comunidad.
¿Qué es una Cantarola?
Más que un
concierto, es una celebración íntima y compartida. En Las Cantarolas, la murga
deja de lado la teatralidad del género —el maquillaje, el vestuario, la puesta
en escena— y se entrega a un encuentro más cercano.
Son noches que se viven como una peña: repasando canciones emblemáticas de La Catalina , recorriendo la historia del carnaval uruguayo a través de repertorios de otras murgas y sumando la presencia de artistas invitados de distintos estilos. Todo en un entorno de mesas compartidas, con propuesta gastronómica incluida.
Su más reciente
espectáculo, “Terapia de Murga”, se presentó con enorme éxito en Uruguay y
Argentina, incluyendo una noche histórica en el Movistar Arena de Buenos Aires
junto a Rubén Rada.
En esa puesta,
Agarrate Catalina abordó con humor y sensibilidad los conflictos de una
sociedad en crisis, cruzando música, teatro y reflexión colectiva. La
repercusión fue masiva y reafirmó a la murga como una de las expresiones más
potentes del teatro musical popular latinoamericano.

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