LIBROS
“LOS PARQUES DE ATRACCIONES TAMBIÉN CIERRAN”, de Angeles
Caballero (ARPA)
Un libro sobre
la experiencia de cuidar a los padres, escrito con ternura, respeto, humor y
optimismo. Ángeles Caballero, gran cronista de lo cotidiano, narra una
historia conmovedora que en general no se cuenta: el cuidado y luego la pérdida
de los padres.
La autora, que
viene especialmente invitada a la 49ª Feria Internacional del Libro a fines de
abril, con auspicio por el Centro Cultural de España en Buenos Aires y la
Embajada de España, se presentó en la sala Adolfo Bioy Casares, Pabellón
Blanco, el pasado viernes 25. .
"Cuando te toca cuidar a los padres
vas como equilibrista sin red abajo", se cambian los roles, escasea la
paciencia y se trastorna la vida. Asumir la dependencia de los padres y su
deterioro físico es un proceso muy duro y desgastante, que se transita como se
puede; durante esos días "me he abrazado con gente que hoy no reconocería
por la calle", reconoce la autora.
Sin embargo, el
relato trasciende los pesares y las preocupaciones y, con un entendimiento muy
profundo, plantea el asunto de los cuidados como un regalo y un homenaje a los
padres y no como la medalla al mérito de hijos.
Entre íntimo y
agridulce, el texto también transita la vida de una familia "normal"
en la España de los ochenta, sus orígenes, las clases sociales, la política, el
valor de la cultura popular, hasta el problema de las residencias para mayores.
Ángeles es
periodista, ha trabajado para muchos medios en España. Actualmente escribe en El
País, habla en la Cadena Ser, sale en La Sexta y es parte del
podcast “La cena de los idiotes”, ganador del Premio Ondas a la Mejor
idea radiofónica 2024.
Nació en Getafe,
barrio popular, media hora al sur de Madrid, y creció en una familia con muchos
privilegios pero de origen bastante humilde.
Madre y padre, criaturas de posguerra, que sin estudios y a fuerza de trabajo y sacrificios, consiguieron disfrutar y ofrecer a sus hijas -Ángeles catorce años menor que su hermana- una vida abundante en comodidades.
En su casa
siempre se votó a la derecha, con muchos matices y sin convicciones
ideológicas. Su padre, Manolo, "conseguidor" de profesión,
bajito y parecido a Alfredo Landa, pegó el salto económico, cuando se
hizo proveedor de Renfe, recorriendo los polígonos industriales de extrarradio
madrileño que conocía a la perfección tras los requerimientos de la gran
empresa, sacando lo que fuera de donde fuera.
Mientras, la
Juli, madre abnegada, desconfiada y obsesionada con hacer todo "como Dios
manda", reinaba en su casa pero bajo la dependencia de su marido, como
tantas mujeres de su época.
Con el tiempo
y la llegada de la vejez y la enfermedad, Ángeles afrontó las circunstancias
por las que tantos hemos pasado o vamos a pasar y para la que nunca nos
sentiremos preparados: la enorme responsabilidad de convertirnos en tutores
legal de esas personas que fueron tus padres y ahora se parecen más a tus
hijos.
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