FOTOGRAFÍA
Hace algunos años, se conoció un
documental titulado “La sal de la tierra” que, dirigido por Wim Wenders y
Juliano Ribeiro Salgado narraba la vida y trayectoria profesional del fotógrafo
brasileño Sebastião Salgado, además padre de uno de los realizadores.
El documental fue estrenado en el Festival de Cannes 2014, en donde compitió en la categoría “Un certain regard” y ganó el Premio Especial, y permitió acceder a la historia de uno de los fotógrafos que con más énfasis se ocupó de eternizar en sus imágenes el costado social, cultural y ambiental del mundo en todas sus latitudes, y que falleció el pasado 23 de este mes a los 81 años.
"Sebastião fue más que
uno de los grandes fotógrafos de nuestro tiempo. Junto a su compañera de vida,
Lélia Deluiz Wanick Salgado, sembró esperanza donde había devastación e hizo
florecer la idea de que la restauración ambiental es también un profundo gesto
de amor a la humanidad. Su lente reveló el mundo y sus contradicciones, el
poder de la acción transformadora", señaló su familia en un comunicado
que divulgó en redes sociales el Instituto Terra, fundado por él.
Salgado se inició trabajando como economista para la Organización
Internacional del Café en los años '70. Luego descubrió su pasión por la
fotografía en un viaje de negocios por África, y un tiempo después trabajó para
agencias de renombre como Sygma, Gamma y Magnum.
“Me di cuenta
de que las instantáneas me producían más placer que los informes económicos”,
reveló sobre ese cambio de vida.
Entre sus grandes proyectos - exposiciones y libros- se cuentan “Otras Américas', centrado en la pobreza de poblaciones rurales de países sudamericanos y de México y “Trabajadores'” donde mostró a mineros, pescadores, agricultores trabajando en condiciones extremas
También fue el
autor de “Migraciones” con impactantes imágenes de personas desplazadas
en siete países africanos, muestra que le valió el Premio Príncipe de Asturias
de las Artes en España en 1988.
Salgado además buscó en su obra “Génesis” retratar
regiones del planeta aún vírgenes o poco retratadas y en “Amazonia”, un proyecto conformado por 200 imágenes de
gran formato, que fueron expuestas con música y sonidos de la naturaleza, documentó junto con su esposa, la vida y los
paisajes de la frágil Amazonia brasileña.
Durante sus viajes para el proyecto “Génesis” contó con la
compañía de su hijo, el cineasta Juliano Salgado y el director alemán Wim
Wenders, gran admirador del trabajo fotográfico de Sebastião, a
quien describió como un "héroe de la paz". Esas imágenes del viaje se
utilizaron para crear el documental 'La sal de la tierra”, realizado en
2014.
"La dignidad es la misma"
El mismo Sebastiao remarcaba que "dicen que fui un
'esteta de la miseria' y que intenté imponer la belleza al mundo pobre. Pero
¿por qué debería ser el mundo pobre más feo que el mundo rico? La luz es la
misma que allá. La dignidad aquí es la misma que allá".
Salgado inmortalizó
durante cinco décadas lo mejor y lo peor del planeta -desde los remotos tesoros
naturales hasta las calamidades humanas- con un estilo documental inconfundible
que alió belleza con compromiso, y manejó con maestría el blanco y negro. Nacido el 8 de febrero de 1944, en Aimorés,
Minas Gerais, era el único varón entre
siete hermanas.
Poseedor además de nacionalidad francesa, dejó un icónico testimonio de centenares de viajes, que publicó en grandes revistas como Life y Time, además de fotolibros, y que exhibió en museos de capitales del mundo. Residió en París buena parte de su vida; en 1979 se unió a Magnum Photos y en 1994 creó su propia agencia, Amazonas Images.
De Ruanda a
Guatemala, pasando por Indonesia y Brasil, documentó hambrunas, guerras,
sequías, migraciones forzadas, ecocidios y explotación laboral en el tercer
mundo con la mirada empática y no condescendiente “de quien viene de la misma
parte del m2undo”, como solía decir.
El universo en
blanco y negro de Salgado, de estética elegante, también fue una celebración de
los paisajes más bellos, como los “ríos voladores” de la Amazonía, y a la vez
un aviso de la necesidad de protegerlos ante la emergencia climática.
El intento de asesinato de Reagan
En África,
donde se sentía “como en casa” por su peso cultural en Brasil desde los tiempos
de la esclavitud, llevó a cabo sus primeros reportajes sobre sequías y
hambrunas en países como Níger y Etiopía, lo que le abrió la puerta de la
legendaria agencia Magnum en 1979, donde por una vez fue fotógrafo de
una primicia mundial: el intento de asesinato de Ronald Reagan en 1981,
que presenció cuando cubría un acto del presidente en un hotel: tomó 76 fotos
en 60 segundos.
Comprometido
con la causa climática, Salgado fue un crítico feroz del presidente
ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) por su política de abrir la
Amazonía a actividades como la agricultura y la minería.
En su estado natal fundó el Instituto Terra para regenerar los bosques y la biodiversidad desaparecidos debido a la deforestación, un exitoso proyecto al que hasta en 2022 se habían sumado unos tres mil propietarios de tierras. En 2023, defendió a jóvenes ecologistas y activistas que protestaban en museos, rutas y sedes de empresas, y pidió “comprender su radicalismo”.
“¿Quién tiene el futuro comprometido? Los
jóvenes. Tienen una preocupación enorme por el momento que estamos viviendo
[...]. Están desesperados y se hacen radicales. Su comportamiento es
normal", respondió, mientras en Europa se condenaba a los grupos de activistas.
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