lunes, 30 de junio de 2025

Dino Saluzzi celebra sus 90 como un viejo caminante que abrió senderos en la música argentina

 



MUSICA

        A sus 90 años, pero en plena actividad, el gran Dino Saluzzi lanza El Viejo Caminante (ECM Records), un álbum compartido con José María Saluzzi y Jacob Young. El disco completo estará disponible en las principales plataformas digitales a partir del viernes 11 de julio, aunque ya se conoció semanas atrás  el single “Quiet March”.

        Dos guitarras envuelven con delicadeza el singular y evocador bandoneón de Dino Saluzzi en El Viejo Caminante (“El Viejo Trotamundos”). En este álbum, que fue presentado hace unos días en el Centro de la Cooperación, el equipo argentino de padre e hijo, Dino y José María Saluzzi, se une al noruego Jacob Young, en una obra de gran profundidad musical y notable encanto.

       “Me llena de alegría”, dice Dino Saluzzi, deleitándose con la mezcla sonora de esta grabación, con José en guitarra clásica y Jacob en guitarra Telecaster y acústica de cuerdas de acero. “Jacob y José se complementan muy bien. Tienen sonidos distintos, visiones distintas, pero cuando se trata del resultado artístico, sucede algo hermoso.”

     Dino, que cumplió 90 años en mayo, no ha perdido ni un ápice de su entusiasmo juvenil por la colaboración artística ni por aventurarse más allá de las fronteras estilísticas: “Siempre intento establecer contacto con ideas nuevas, fuera de mi elemento habitual”, comenta, en su constante búsqueda de contextos que ofrezcan, como él dice, “potencial de crecimiento tanto musical como humano.”

     El programa incluye composiciones originales, nuevas y antiguas, de los tres músicos, una canción de Karin Krog, así como un par de standards. Dino considera el álbum como una colección de músicas de distintos tiempos y lugares que rozan el tango, el folclore argentino y el jazz, y que convierten esas alusiones en algo nuevo.

       Figura clave de la música contemporánea sudamericana, el salteño Dino Saluzzi nació en Campo Santo en el norte de Argentina, en 1935.  Compositor y bandoneonista, es autor de más de 800 obras para diferentes formaciones e instrumentos musicales. Dino Saluzzi es el músico argentino vivo de mayor reconocimiento y trayectoria internacional en la actualidad.

        Su música, ovacionada en las salas de conciertos más prestigiosas del mundo, posee profundas vinculaciones estilísticas con diferentes músicas de nuestro país, sobre todo, del noroeste argentino.

           Se inició en la música por su padre, el folclorista Cayetano Saluzzi, a la edad de 7 años. Desarrolló un lenguaje propio con un fuerte anclaje estilístico en el Noroeste argentino, que desvanece las fronteras entre música popular y la denominada música "culta", entre composición e improvisación, y entre el folclore, el jazz y el tango.

      Su obra incluye música solista, de cámara y orquesta.  Llega a Buenos Aires a mediados de los 50, donde forma parte de la Orquesta Estable de Radio El Mundo. Trabaja, entre otros, con Alfredo Gobbi, Roberto Caló, Enrique Francini y el Gato Barbieri., y realiza sus primeras grabaciones en RCA.

          Su éxito internacional como compositor e intérprete se produjo de la mano de Manfred Eicher, fundador del prestigioso sello alemán ECM, donde grabó casi una treintena de discos desde 1982 hasta la actualidad.

            Dino Saluzzi es el único compositor argentino cuya obra está editada por ECM, junto a otros artistas contemporáneos de la talla de Keith Jarrett, Pat Metheny, Ralph Towner, Arvo Pärt, Valentyn Sylvestrov, Tigran Mansurian, entre otros que marcaron la vanguardia artística de la música del siglo XXI.

            Grabó con Charlie Haden, Marc Johnson, Tomasz Stanko, Anja Lechner, Jon Christensen, Palle Mikkelborn y  desde 1991, inició las grabaciones de su formación familiar: Celso, Félix, Matías y José María Saluzzi, cuyo último trabajo editado es El Valle de la Infancia (2014). Se encuentra totalmente integrado a los circuitos de festivales internacionales y fue ovacionado en las salas más prestigiosas del mundo.

        Pero además, Dino fue y es una figura que compartió escenarios y grabaciones con colegas de la música popular argentina a lo largo de 50 años, desde Litto Nebbia y León Gieco hasta Lito Vitale y Manolo Juárez, pasando por muchos otros creadores e intérpretes del  folklore, el tango y hasta el jazz.

          Su música fue incorporada en films de Jean-Luc Godard, Pedro Almodóvar, en la película Los dos Papas, entre otros. Realizaron documentales sobre su obra en Norteamérica y Europa. Su último trabajo más reciente es Albores (ECM, 2020) un verdadero manifiesto artístico del bandoneón.

 

 

Aramburu y sus "dos muertes" en una ficción que juega con interrogantes que aún no tienen respuestas





 LIBROS

"Las dos muertes de Aramburu" de Alejandro Tarruella (Marea Editorial)

       Uno siempre carga con sus obsesiones. Una de las que arrastré durante muchos años fue la muerte de Aramburu, que se convirtió para mí en un camino de ripio, envolvente, insumiso y a veces tedioso. (Alejandro Tarruella)

        Lisandro es un joven militante que vive el final de los años 60 con la intensidad y la ingenuidad que marcaron a su generación. Una casualidad lo arrastra a ser parte de la Historia -con mayúscula- cuando por una circunstancia banal queda involucrado para siempre en uno de los magnicidios que torcieron el rumbo de la Argentina: el fusilamiento del general Pedro Eugenio Aramburu.

          Alejandro C. Tarruella, de la mano de su alter ego juvenil Lisandro, construye en esta novela basada en hechos reales una fascinante trama política donde las certezas van cayendo una a una y las verdades son callejones sin salida.

          En el borde de la ficción y de la investigación de denuncia, desfilan por las páginas de este libro los personajes políticos más importantes de la Argentina: el almirante Rojas, el general Perón, Frondizi, Onganía, Firmenich. Y una colección de personajes secundarios de la política, el espionaje, el periodismo, la militancia y la cultura.

         Las preguntas que obsesionan a Lisandro se repiten, aunque se formulen de distintas maneras: ¿Fue fusilado el general Aramburu? ¿El juicio y la ejecución de Montoneros fue una puesta en escena? ¿Qué papel jugó Perón desde Madrid? ¿Por qué murieron misteriosamente los testigos que aseguraron haber visto el cuerpo de Aramburu muy lejos de Timote? ¿Puede una sola persona cargar con un secreto que cambia lo que la historia grabó en piedra?

        Alejandro C. Tarruella nació en 1948 en Olivos, provincia de Buenos Aires. Es postgrado en Periodismo de la Universidad de Santiago de Chile y cursó la maestría de Periodismo y Sociedades de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona.

       Colaboró en medios gráficos como Primera Plana, Panorama, Clarín, Diario Popular y Humor, y en medios radiales y televisivos como Rivadavia, Excelsior, Splendid, LRA Nacional, Nacional (Suecia), Canal 7, Canal 9 y Univisión, entre otros. Actualmente escribe en Infobaires24, Paco Urondo y diferentes medios digitales.

         Entre sus libros se destacan Guardia de Hierro. De Perón a Bergoglio (2005, 2016); El largo adiós de los Montoneros (2012); Envar “Cacho” El Kadri. El guerrillero que dejó las armas (2014); Rescoldos (poesía, 2016); Historia política de la Sociedad Rural (2019) y Una lágrima en el polvo (2015). En Marea es autor de Güemes. El héroe postergado (2021). Fue finalista del concurso Alarcos Llorach (Guijón) por su novela Las muertes de Albornoz (2024).

domingo, 22 de junio de 2025

La Delio Valdez apuesta en "El Desvelo" a la resistencia en el marco de los ritmos de todo el continente




 MUSICA

        Fiel a su idea de renovación constante, la multitudinaria orquesta La Delio Valdez lanza un nuevo disco de estudio bajo su sello discográfico e independiente, Delirio Valdez. La obra cuenta con 12 composiciones originales de la banda. Además presentará la película del álbum.

    Así, La Delio Valdez comienza una nueva etapa con su sexto disco El Desvelo. Luego de su gira por los 15 años, que llevó a la banda a realizar presentaciones en múltiples países latinoamericanos y europeos, que coronó con presentaciones en todo el país y una noche inolvidable frente a 25 mil personas en el estadio de Ferro Carril Oeste, llega al estreno completo de su nuevo álbum.

       El nuevo disco producido por su sello independiente y cooperativo Delirio Valdez, cuenta con 12 canciones originales compuestas por los miembros de la banda que exploran temáticas tan íntimas como trascendentales. El amor y el desamor, la lucha personal, la celebración, el deseo y la frustración. Desde sus experiencias personales, cada integrante de la Orquesta refleja en las canciones el vínculo de la pasión, la búsqueda de libertad y la resistencia con la música como vehículo y refugio.   

    Tres de los primeros adelantos se entrenaron durante la segunda mitad del año pasado: Pájaro y Demonio y Nuestro Lugar Favorito se trabajaron codo a codo con Juan Blas Caballero, contaron con la mezcla de Kiko Castro desde Colombia y el mastering de Javier Fracchia; y Dice que no le Importa que contó con la participación de Los Palmeras.

      La producción artística estuvo a cargo de la Orquesta y de Popi Spatocco . El ingeniero de grabación y mezcla fue Alejandro Saro y el mastering quedó en manos de Andrés Mayo . Las canciones fueron creciendo en encuentros y ensayos de la banda completa junto con el productor Popi Spatocco y grabadas en vivo en el estudio Fort Music para lograr el sonido tan propio que trabaja La Delio Valdez.

     El sello independiente de la cooperativa lleva producidos y editados diferentes títulos como La Delio Valdez (2012), La Rueda del Cumbión (2014), Calentando la Máquina (2017), Sonido Subtropical (2018) y El Tiempo y la Serenata (2021).

     Además de dos discos en vivo como La Delio Valrex (2019) y La Gira y la Serenata (2024); y numerosos singles entre los que se destacan: Adiós Amor junto con Ke Personajes; El Campanero junto con Onda Sabanera; Paisaje junto a Abel Pintos y Karina; La Noche con Nahuel Pennisi y Noche de Cumbia, un EP de tres canciones junto con Los Palmeras.

Desde la cumbia a toda Latinoamérica  

   La Delio Valdez es una orquesta de cumbia creada en Buenos Aires, Argentina, pero cuyo estilo se ha enriquecido con otras músicas del continente. Desde el 2009 desarrollan una propuesta artística propia, entendiendo a la cumbia como el lenguaje común que surca toda Latinoamérica en clave musical. 

     Con más de 16 músicos y músicas en escena, La Delio Valdez retoma la gran tradición orquestal del continente latinoamericano con especial referencia de las orquestas nacionales de tango del ‘50; su distinción y teatralidad sobre el escenario aluden a las grandes orquestas caribeñas, donde se destacan el baile y un sonido potente y arrollador.

       Su organización cooperativa y autogestiva es una apuesta a la producción musical independiente y también un signo de la identidad y el compromiso que todos los integrantes tienen con diversas causas del campo social y popular.

       En sus sonidos se funden recursos de la tradición andina, la salsa, el rock, el jazz y el reggae para dar lugar a un estilo a la vez tradicional y moderno: un sonido internacional y contemporáneo donde se reflejan las identidades mestizas de la región.

"El mar": el recuerdo de Juan Forn y un autorretrato inspirado en su lugar adoptivo en el mundo

 




LIBROS

     Hace cuatro años nos dejaba uno de los autores más emblemáticos de las letras argentinas: muy joven aún, a los 62, se iba Juan Forn. Ese autor que adoptó como su lugar en el mundo la costa bonaerense. Tanto que su último destino fue Mar de las Pampas. Refugiad, pese a su porteñidad original, en esos paisajes más bucólicos e inspiradores, Juan dedicó parte de su obra a situar historias en su ”patria chica” adoptiva. Por eso, estimamos oportuno homenajearlo con un relato suyo que precisamente habla de Villa Gesell y del mar que le inspiraron parte de su obra.  

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     En el fondo de Gesell, pasando los campings, antes de llegar a Mar de las Pampas, hay que subir un médano importante para llegar a la playa. En plena subida pasé a una familia evidentemente cordobesa, que arrastraba con esfuerzo heladeritas, sombrilla, sillas plegables y un par de niños que se quejaban de que la arena quemaba. Llegué hasta el agua, me di un buen chapuzón y cuando salía, pasé junto al padre y al hijo de esa familia, un nene que tendría cinco o seis años y que evidentemente era la primera vez que veía el mar. Le estaba diciendo al padre, con ese asombro que es un tesoro privativo de la infancia: “¡Mire, papá, cuánta agua mojada!”.

     Otro día, hará de esto unos cuantos años, cuando llevaba poco viviendo en Gesell, me crucé caminando por la playa con un surfer recién salido del agua. Era uno de esos días gloriosos de octubre, que te sacan de los huesos el frío del invierno con sólo apuntar la cara al sol, cerrar los ojos y dejarse invadir de luz. Pero yo era reciénvenido y había bajado a caminar por la playa con un camperón de cuero negro que había sido compañero de mil batallas en mis tiempos porteños. El surfer me miró pasar y me dijo, con sus rastas morochas aclaradas de parafina y una sonrisa de un millón de dientes: “Yo, en Buenos Aires, también era dark. Pero acá soy luminoso, loco”.

     Otra vez bajé a leer a la playa. Me faltaban menos de treinta páginas para terminar el libro cuando empezó a levantarse tanto viento que era para irse. Pero yo quería terminarlo como fuera y terminé guarecido contra los pilotes de la casilla del guardavidas, dando la espalda a la tormenta de arena, con el libro apoyado contra las rodillas y apretando fuerte las páginas con cada mano para que no flamearan. Así estaba, cuando el guardavidas se asomó desde arriba por la ventana de la casilla y me dijo “Eh, flaco, ¿qué leés?”. Una biografía de un escritor, le contesté. El tipo se quedó mirándome y después comentó: “La biografía de un escritor vendría a ser como la historia de una silla, ¿no?”.

     El mar tiene esas cosas. Los poemas más horribles y las frases más inspiradas. Todo depende de la entonación, de la sintonía que uno haga con él. Hay quien dice que el mar te lima. A mí me limpia, me destapa todas las cañerías, me impone perspectiva aunque me resista, me termina acomodando siempre, si me dejo atravesar, y es casi imposible no dejarse atravesar. Cuando viene el invierno, cuando el viento impide bajar a la orilla y hay que curtir el mar de más lejos, se pone más bravío, para acortar la distancia, para que lo sintamos igual que cuando lo curtimos descalzos y en cueros. Llevo ocho años bajando cada día que puedo a caminar por la orilla del mar, o al menos a verlo, cuando el viento impide bajar del médano. En los últimos tres, cada semana de las últimas ciento cincuenta, cada contratapa que hice, la entendí caminando por la playa, o sentado en el médano mirando el mar. Por dónde empezar, adónde llegar, cuál es la verdadera historia que estoy contando, de qué habla en el fondo, qué tengo yo (o nosotros, ustedes y yo) que ver con ella, qué dice de nosotros.

     En mi vieja casa había una especie de repisa angostita, a la altura de la base de las ventanas, a todo lo largo del comedor. Sobre esa repisa fui dejando piedras que encontraba en mis caminatas por el mar. Piedras especialmente lisas, especialmente nobles, esas que cuando uno las ve en la arena no puede no agacharse a recoger. Esas que parecen haber sido hechas para estar en la palma de una mano, para que uno las palpe con los dedos y los cierre hasta entibiarlas y después a palparlas, a leerlas como un Braille otra vez. Esas cuya belleza es precisamente lo que la abrasión del mar hizo con ellas y lo que no les pudo arrebatar. Esas que parecen ofrecer compañía y pedirla a la vez, cuando se cruzan en nuestro camino. Que establecen con nosotros un contacto absoluto, responden a nuestra mano como si fueran un ser vivo y, sin embargo, al rato no sabemos qué hacer con ellas y las dejamos caer sin escrúpulos, al volver de la playa o incluso antes. 

    Por tener esa repisa providencialmente a mano, en lugar de soltarlas empecé a traerme de a una esas piedras, de mis caminatas por la playa. Nunca más de una, y muchas veces ninguna (a veces el mar no da, y a veces es tan ensordecedor que uno no ve lo que le da). Así fueron quedando esas piedras, una al lado de la otra, a lo largo de las paredes del comedor. Era lindo mirarlas. Era más lindo cuando alguien agarraba una distraídamente y seguía conversando, en una de esas sobremesas que se estiran y se estiran con la escandalosa languidez con que se desperezan los gatos.

    Me gusta pensar así en mis contratapas, en esto que vengo haciendo hace tres años ya y ojalá dé para seguir un rato largo más. Que son como esas piedras encontradas en la playa, puestas una al lado de la otra a lo largo de una absurda, inútil, hermosa repisa, que rodea un comedor en el que unos cuantos conversan y fuman y beben y distraídamente manotean alguna de esas piedras y la entibian un rato entre sus dedos y después la dejan abandonada entre las copas y los ceniceros y las tazas con restos secos de café. Y cuando todos se van yo vuelvo a ponerla en la repisa, y apago las luces, y mañana o pasado con un poco de suerte volveré con una nueva de mis caminatas por el mar.

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Juan Forn - El mar (autorretrato)

sábado, 21 de junio de 2025

Caro Tapia explora en "Mamífera" los estados de la maternidad. Cintia Belén, entre la danza y lo urbano

 



MUSICA

     Decidida a sorprender con su propuesta, Caro Tapia lanzó su disco “Mamífera” con canciones propias. Esta obra nos invita a un viaje profundo donde la música, la poesía, el arte digital y el lenguaje audiovisual se integran en un mismo mensaje: narrar la experiencia de la maternidad antes, durante y después del nacimiento. Caro continúa de esta manera su misión de unir canto, cuerpo y filosofía.

      La raíz etimológica de “Mamífera” proviene de teta y a su vez, coincide en varios idiomas con madre y amor. Esta obra fue producida durante un proceso mamífero y aparece escalonada en cinco estaciones: Gestación, Parto, Lactancia, Puerpero y Destete.  

     “Mamífera” (Los Años Luz - Música Nuestra, 2025) describe estados de la maternidad que Caro ha identificado como "estaciones". Esta obra integral se despliega en tres soportes distintos, todos ellos complementarios.

     Seis canciones y algunas poesías, un libro con los microrrelatos, poemas y canciones pertenecientes a cada estación, cada uno junto a un collage digital creado por Soledad Guerrero y seis videoclips dirigidos por Nicolás Stefanazzi que narran cada canción a través del lenguaje audiovisual.

       El disco fue grabado, editado, mezclado y coproducido en Estudio Etnia (Mar del Plata) por Juan Sardi, bajo la producción general de Caro Tapia. Cuenta con participaciones especiales de Soema Montenegro, Beatríz Pichi Malen y Licina Picón entre otras y la base sólida de Juan Cravenna, Juan Tesone, Vicente Graziano y Javier Menichini quienes acompañan a Caro desde proyectos anteriores. El diseño de tapa y del interior del libro estuvieron a cargo de María Chinnici.

      Caro es cantante, compositora y poeta. Su vida artística se desarrolla entre el Oeste del Conurbano Bonaerense y Mar del Plata. Es Profesora y Doctoranda en Filosofía (UBA), Instructora en Canto Funcional (ICF). Se ha diplomado en Estudios Sonoros (Iberopuebla, México) y está certificada en Soundtouch.

      Lleva cuatro discos editados: Máscaras de Carnaval (2013), Cuatro Estaciones (2017), Serpiente Emplumada (2021) y el más reciente Mamífera (2025).

     Editó también libros. El último, Meditaciones Cantadas. Una poética filos(ófic)a vocal (Música Nuestra, 2024), recorre de manera poética ciertos procesos de subjetividad que involucran el acercamiento de las personas a su voz.

       Caro dirige Brote de Voz, la Escuela de Canto Consciente en Movimiento, abordaje creado por Caro para canalizar la transversalidad de sus inquietudes en torno a la voz. Allí dicta talleres, cursos, conversatorios, y especialmente una formación que trabaja con la voz desde la perspectiva transdisciplinar: el Herramental para el Trabajo con la Voz en Movimiento. Es también creadora y entrevistadora en el ciclo A viva voz.

          Compartió escenario con valiosos artistas de la escena nacional, como Soema Montenegro, José Luis Aguirre, Mocchi, Marián Farias Gómez, Ezequiel Borra, Sofía Viola, Juanito el Cantor, Luvi Torres, Florencia Ruiz, Gustavo Nasuti, Flor Giammarche, Anahí Mariluan, Cecilia Gauna, entre otros.

 Cintia, entre la danza y el canto “urbano”

     Artista marplatense empeñada en fusionar la música, la danza y la interpretación en un proyecto donde el movimiento y la poesía son parte fundamental, Cintia Belén se ha destacado como intérprete en proyectos de grandes artistas además de haber participado como actriz en teatro y televisión.

       Su propuesta musical integra las raíces hispanoamericanas con los sonidos actuales de lo urbano, buscando una conexión profunda y sensible a través de una poesía sincera.

       Después de un sólido debut en 2022 con su primer álbum "Descargo", nos presenta su nueva música que la acompaña con una imagen renovada y original.

      A lo largo de su carrera se transformó en una artista versátil, además de ser dueña de una voz inconfundible se destacó como bailarina de Fuerza Bruta (Londres) , trabajó en innumerables proyectos artísticos junto a figuras como Lali Espósito, Luciano Pereyra, Tini, y productos como Disney, Aliados de Cris Morena entre otros.

     En cuanto su formación artística vocal estudió con Diego Torres, Facundo Abraham, Rachael Lawrence y Fernando García. Además estudió teatro con Claudio Tolcachir , Alejandro Catalán, Alejandro Hener, Natalia Dicenzo, Alejandro Germaná, y German Polonsky.

       Cintia Belén viene presentando su nuevo registro “Puente”, además de en las plataformas digitales, en recitales como el más reciente con dos funciones especiales, en NÜN Teatro (Juan Ramírez de Velasco 419, CABA).

     La música y el teatro se funden en una experiencia sensorial única. Cintia Belén presenta Puente a través de un viaje performático multidisciplinario que invita a atravesar el proceso de transformación: la muerte de una piel para el renacimiento del alma. Una propuesta poética que explora el duelo, la identidad y el despertar de una nueva existencia.

   A lo largo de esta obra-concierto, las canciones de Puente acompañan el viaje emocional de un personaje que, a través de distintos encuentros y revelaciones, transita un profundo proceso de transformación interna. Cada tema funciona como una estación en este recorrido, marcando momentos de crisis, descubrimiento y evolución.

 


   

     

viernes, 20 de junio de 2025

Un valioso acercamiento a la rica pero tortuosa vida de Frida Kahlo a través de su diario personal

 




LIBROS

“Espero alegre la salida –y espero no volver jamás”.

      A 30 años del hallazgo del diario personal de Frida Kahlo, La Marca Editora publica la primera edición argentina del volumen que marcó un antes y un después en el acercamiento a su obra y pensamiento. Esta edición facsimilar recupera la visión poética, política y creativa de la artista mexicana más influyente del siglo XX y más amada en el siglo XXI.

      El diario —un cuaderno especialmente mandado a hacer por la propia Frida y que la acompañó hasta en los momentos más álgidos de su enfermedad— contiene poemas, cartas, cuentos y ensayos, donde plasmó sus pensamientos más profundos, su dolor físico, su amor por la vida y su compromiso político. En estas páginas escribió sus célebres últimas palabras, en las que agradece a sus médicos y al personal del hospital:

       El libro, una joya literaria y un objeto de arte a la vez, cuenta con una introducción del reconocido escritor Carlos Fuentes y un ensayo de la investigadora Sarah M. Lowe sobre la relevancia del diario dentro del conjunto de la obra de Kahlo y su impacto en la historia del arte, así como una transcripción completa del contenido y comentarios detallados sobre las imágenes que lo componen.

     El diario de Frida Kahlo es un íntimo autorretrato no es solo un libro: es una inmersión en la mente y el corazón de una artista que convirtió el dolor en arte y su vida en un legado universal sobre el poder femenino. Una obra imprescindible para lectores, investigadores, artistas y amantes del arte.

    Frida Kahlo (1907-1954) fue una pintora mexicana nacida en la Ciudad de México. A los seis años, contrajo poliomielitis, lo que afectó su pierna derecha. En 1925, sufrió un grave accidente que la dejó con secuelas permanentes y la llevó a iniciar su carrera artística.

       En 1929, se casó con el muralista Diego Rivera, con quien tuvo una relación turbulenta marcada por infidelidades y un divorcio temporal.

         A lo largo de su vida, Frida sufrió problemas de salud, pero mantuvo una intensa actividad artística y política. Fue miembro del partido comunista y dio asilo a León Trotsky, con quien sostuvo una relación muy especial. Su arte, influenciado por el arte popular mexicano, se destaca por su estilo directo y sus autorretratos.

        Nacida como Magdalena Frida Carmen Kahlo y Calderón  en Coyoacán, Ciudad de México, 6 de julio de 1907 y fallecida en la misma zona, 13 de julio de 1954), su obra gira temáticamente en torno a las vivencias de su vida personal. Realizó un total de 150 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir. También es considerada como un icono pop de la cultura de México.

    Frida estuvo sin poder caminar durante tres meses y sufrió treinta y dos operaciones. Pero ello no le impidió pintar: un caballete especial le facilitaba el poder pintar estando en la cama y un espejo colocado en la parte superior le permitía verse a sí misma. Los primeros cuadros que pintó fueron autorretratos, ya que, según decía, "me retrato a mí misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que mejor conozco".

   Influida por las ideas del nacionalismo revolucionario de su país, Frida vestía con largas faldas mexicanas, moños trenzados con cintas de colores, y collares y pendientes de estilo precolombino.

     Así la encontramos en Autorretrato como Tehuana, de 1943, donde se representa como mexicana "auténtica" y acentúa sus rasgos mestizos (tenía sangre española, india y alemana), o en el Autorretrato con monos, del mismo año, en el que su figura aparece recortada sobre plantas selváticas y rodeada de animales.

 


jueves, 19 de junio de 2025

La obra de Liliana Porter y Luis Camnitzer en una muestra que recrea el arte conceptual latinoamericano

 

ARTES PLÁSTICAS



      Hasta mediados de agosto se puede visitar en el Museo Nacional de Bellas Artes  la muestra “Porter-Camnitzer. Los años del New York Graphic Workshop”, que recrea a partir de piezas gráficas e instalaciones una etapa clave en las trayectorias de la argentina Liliana Porter y el uruguayo Luis Camnitzer, referentes ineludibles del arte conceptual latinoamericano.

    “Porter y Camnitzer hacen de la comunicación con el público un eje central de sus propuestas”, sostiene Andrés Duprat, director del Bellas Artes. “Camnitzer trabaja con el pensamiento por imágenes que surge del propio visitante al leer las palabras impresas y pegadas en la sala. Las obras de Porter encierran un gesto poético que procede como una puesta en abismo: imprime arrugas sobre papeles previamente abollados, que vuelve a arrugar, con las que también ambienta los espacios del Museo”, detalla.

     Curada por la especialista Silvia Dolinko, la exposición temporaria es realizada en colaboración con el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) de Chile, que presentó entre octubre de 2024 y febrero de 2025 una revisión de la muestra original de los artistas en el mismo espacio en 1969, invitados por el artista y entonces director de la institución, Nemesio Antúnez.

     Para la edición argentina de la muestra, se suman dos núcleos: uno que desarrolla con mayor profundidad la participación de los artistas en la exposición “Experiencias 69”, en el Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires ese mismo año, y otro que reúne estampas producidas por colegas como Marta Minujín y Luis Felipe Noé, entre otros, con quienes se relacionaron en Estados Unidos.

     A fines de 1964, Porter y Camnitzer, junto con el venezolano José Guillermo Castillo, crearon el New York Graphic Workshop (NYGW), que funcionó hasta 1970. Desde ese taller, replantearon su producción artística en claves conceptuales, experimentaron con variables expandidas de la obra impresa, reflexionaron sobre la noción de objeto múltiple, y editaron estampas propias y de otros artistas.

      “Posicionados entre la crítica institucional y disciplinar, pusieron en juego novedosas estrategias de realización y de circulación de las obras individuales que produjeron en el marco del proyecto grupal. Como jóvenes con radicación en Nueva York, la inscripción de sus trabajos en el circuito latinoamericano fue un objetivo táctico y una plataforma de visibilidad”, explica Dolinko.

     Además de organizar exposiciones del NYGW en México, Caracas y Montevideo, en 1969 Porter y Camnitzer –sin la participación de Castillo– se presentaron en el MNBA de Santiago de Chile y en el Instituto Di Tella de Buenos Aires. Intervinieron en esos espacios con estampas, instalaciones y exposiciones por correo, propuestas gráficas inéditas de fuerte sesgo conceptual.

     “Aunque esas presentaciones tuvieron lugar en algunas de las principales instituciones latinoamericanas, su repercusión en el momento fue muy acotada, y, con el tiempo, quedaron fuera de la narrativa canónica sobre el arte del siglo XX. Hoy, en cambio, esas producciones son consideradas piezas fundamentales de sus trayectorias y del arte contemporáneo”, afirma la curadora.

Grabados de su colección personal      


        De Porter podrán verse grabados de su colección personal, del acervo del Bellas Artes y de otras instituciones, así como reconstrucciones de sus instalaciones de sitio específico creadas en 1969, como “Sombras”, o la emblemática serie de “Arrugas”. Del mismo modo que en la exposición original realizada en Chile, la artista también interviene en clave lúdica las esculturas de la planta baja y el primer piso del Bellas Artes con papeles impresos arrugados.

     Entre las instalaciones de Camnitzer exhibidas se destaca “Living comedor”, obra fundamental dentro de su trayectoria artística y exhibida por primera vez en Buenos Aires. A partir de palabras que remiten a elementos de ese ámbito doméstico, pegadas en el piso y las paredes de la sala, en esta pieza el visitante es invitado a armar el recorrido mental y espacialmente.

      Además se presenta en sala “Masacre de Puerto Montt”, creada en Chile en 1969 y considerada en la actualidad una de las piezas clave del conceptualismo latinoamericano. Esta instalación denuncia el asesinato de un grupo de campesinos –también conocido como “Matanza de Pampa Irigoin”– a manos de carabineros chilenos, en marzo de ese mismo año, que Camnitzer “reconstruye” en clave conceptual con palabras y líneas de puntos.        . 

  La muestra también incluye estampas producidas en el NYGW de Noé, Minujín, Jorge de la Vega, Marcelo Bonevardi y Margarita Galetar (madre de Porter), además de fotografías, afiches, publicaciones y otras piezas gráficas –como el Manifiesto del New York Graphic Workshop de 1966– que documentan el espíritu experimental surgido en este espacio.

     “En los trabajos de Porter y de Camnitzer hay una apelación a asumir la paradoja que habita en la representación artística, a decodificar, desde una posición activa, ideas y procesos”, opina Duprat. “Frente a sus instalaciones y ambientaciones, priman la impresión contundente, la sorpresa ante un gesto simple y polisémico a la vez, la admiración ante esa forma de agudeza intelectual que logra conmover”, agrega.

       “Porter-Camnitzer. Los años del New York Graphic Workshop” puede visitarse hasta el 31 de agosto de 2025 en las salas 37 a 40 del primer piso, de martes a viernes, de 11 a 19.30 (último ingreso), y los sábados y domingos, de 10 a 19.30.  


Juan Muñiz, un cantautor multifacético, presenta en Quilmes las canciones que hacen falta

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